martes, 1 de noviembre de 2011

Capitulo 68 Incidente.

Capitulo 68 Incidente.

Tonnosuke cumplía trece años, aunque no se le celebraba al menos recibía unas felicitaciones de parte de Toyosaki. Ese día era como todos los demás, entrenamiento. La técnica de los chasquidos de Tonnosuke estaba casi perfecta, Toyosaki no entendía muy bien de que trataba pero sabía que era algo verdaderamente poderoso. El sentido de la maternidad de Toyosaki había crecido enormemente, cada día que pasaba sentía mas cariño por su adoptado niño, para ella Tonnosuke siempre fue su hijo…a pesar de ser una demonio y la quinta heredera y de alguna manera no quería abandonarlo.

-¡Tonnosuke! Vamos, te preparare galletas –dijo Toyosaki.

-¡Si! ¡Ya voy! –respondió el joven Tonnosuke.

-¡Oye tu! ¿Cuántas veces tengo que decirte que te cortes el cabello?

-¡No lo haré! Lo dejare crecer hasta que llegue a mis pies.

-Estas loco, los chicos no dejan crecer su cabello tan largo.

-Siempre hay una primera vez, si los hombres no dejan crecer el cabello tan largo, entonces yo seré el primer hombre en hacerlo –dijo Tonnosuke con un tono malcriado.

-Como tú digas…

Bajo la luz de la luna y el fuego de la fogata encendida, Toyosaki veía a Tonnosuke y pensaba en cuanto había crecido, saber que lo había recogido cuando tenia seis años, y ahora estaba entrando a la pubertad, comenzaba a tomar sus propias decisiones, sin embargo no cambiaba sus impulsos y deseos por matar. Sintió y escuchó unos pasos que se acercaban hacia ellos.

-Toyosaki-sama…al fin le encuentro –dijo el desconocido visitante.

-Comandante de las tropas, Iroda, ¿Qué se le ofrece? –respondió Toyosaki.

-Vengo de parte de Lucy-sama –respondió Iroda –Tengo ordenes estrictas de llevarme a este niño al inframundo.

-¿Qué dices? ¡Imposible! Ella me permitió poder cuidar de él.

-Ordenes son ordenes, no puedo cuestionar la palabra de Lucy-sama, asi que por favor, no ponga ninguna resistencia y entrégueme el niño.

-¡Maldita! ¡Esa bastarda me mintió! ¡Me traiciono! ¡No se lo perdonare! –Pensaba Toyosaki mientras se llenaba de ira – ¡No se lo entregaré! ¡Asi que lárguese!

-Ordenes son ordenes…y también recibí ordenes si esto sucedía –dijo Iroda mientras desenfundaba su espada –Si se niega…ejecútela por traición al trono.

Iroda paso al ataque instantáneamente, haciendo un ataque frontal apuntando hacia el cuello de Toyosaki, pero para su mala fortuna, ella se defendió, con su mano cubierta en hielo. Iroda retrocedió varios pasos atrás y podía ver que Toyosaki no era una oponente fácil, hizo una señal con su mano y comenzó a aparecer una gran armada a sus espaldas.

-Le sugiero, Toyosaki-sama, que entregue al niño sin ninguna resistencia, o me veré en la obligación de ejecutarla aquí mismo –dijo Iroda con una sonrisa de confianza.

-En verdad que eres terco, ¿acaso crees que un inútil ejercito es capaz de derrotarme?

-No nos subestime, ¡esta es la élite! Aquí se encuentran lo mejor de lo mejor, la crema de la nata, los mejores entre los mejores, no deben ser subestimados.

-Es una lastima…tendré que asesinar a los mejores guerreros que tiene el ejercito del infierno –dijo Toyosaki mientras tomaba su espada y la cubría de hielo.

-Es usted muy orgullosa…

Un aire frío giraba en torno a Toyosaki, el aire comenzaba a sentirse helado, los demonios del ejército comenzaban a preocuparse y varios tenían miedo. Toyosaki no apartaba la mirada de Iroda, sabiendo que el iba a pasar al ataque en cualquier momento, después de todo era una de sus especialidades…atacar por sorpresa y tender emboscadas.

Toyosaki pensó en acabar esto rápidamente…con su espada de hielo hizo un swing en el aire e inmediatamente todos sintieron un gran escalofrío. Iroda quedó pensativo, sabia que había algo sospechoso en ese movimiento…todos sus guerreros comenzaron a quejarse del gran frío que tenían y varios comenzaban a caer.

-¿Qué demonio has hecho? –dijo Iroda.

-Su sangre se esta congelando…en unos minutos todos habrán muerto, incluyéndote –explicó Toyosaki.

En la cara de Iroda se pintó una gran sonrisa y comenzó a crecerle fuego de sus puños. “Maldigo a los usuarios del elemento fuego”, pensó Toyosaki al ver eso. Iroda comenzó a calentar sus venas y su sangre volvía a la normalidad. Toyosaki volvió a tomar fuertemente su espada y siguió observando desde fijamente, Iroda en un parpadeo apareció atrás de Toyosaki comenzando el ataque sorpresa.

Toyosaki lo esquivó congelando todo en su camino, Iroda fue tras el niño rápidamente aprovechando la ocasión pero Toyosaki no lo permitió…alargó su espada y atravesó el centro del pecho de Iroda.

-¡Maldición! –pensó Iroda.

-Eso fue estupido de tu parte…

Toyosaki provocó que su espada se volviera más grande y partió en dos a su enemigo. Creando una lluvia de sangre…La sangre se reunía en el suelo y Toyosaki pudo notar que se movía de manera anormal…hasta que supo que era.

-Todas estas muertes –sonaba una voz desde la sangre mientras formaba un tipo de labios –Serán consideradas traición.

-Hipócrita…eso es lo que eres…maldita seas Lucy –respondió Toyosaki.

-Te perseguiré hasta los confines de la tierra…

La sangre terminó esparciéndose mientras Toyosaki se movía donde estaba Tonnosuke.

-Llegó la hora de una despedida, mi bello tercer heredero –dijo Toyosaki con un nudo en la garganta.

-¿Despedida? ¿Qué quieres decir con eso, Toyosaki-san? –exclamo Tonnosuke.

-Deberemos tomar caminos diferentes desde aquí…me perseguirán y me asesinaran, y a ti también si me acompañas.

-Pero soy el tercer heredero, no pueden hacer eso.

-Lucy es un ser frío…no entiendo como fue la alma mas pura…

-Pero…tu no…no puedes…

-Esto es el adiós –Toyosaki le besó la frente al niño con lagrimas en los ojos, se marchó sin dejar rastro, mientras su corazón sufría por la perdida…de su hijo.

-Juro…que nos volveremos a ver, Toyosaki-san.

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